Segunda derrota consecutiva en casa de las rojiblancas totalmente inmerecida, donde el arbitraje decidió un encuentro plagado de errores que a la postre resultaron ser definitivos en contra del Santa Pola.

     El encuentro de por sí ya era complicado porque el visitante es uno de los mejores equipos de la categoría, el subcampeón de la liga el Cox venía con ganas de quitarse la derrota de la primera jornada contra las Santapoleras y lograron su victoria, pero con una ayuda totalmente innecesaria que ellas mismas no esperaban ni solicitaron.

     Las rojiblancas lograron adelantarse tras un saque directo de córner por parte de Lara que apenas lograba peinar la defensa ubicada en el primer palo pero que tan sólo sirvió para desviar más la trayectoria del balón dentro de la portería visitante y así poner el 1-0 en el marcador.

     El dominio del esférico era del Cox que manejaba la zona central del campo mientras el Santa Pola muy organizado seguía lanzando contragolpes muy peligrosos que sólo la colegiada era capaz de ver desde el centro del campo como fueras de juego y se encargó de anular 2 goles (1 de ellos totalmente legal y el otro de muy dudoso fuera de juego), además de posteriormente no amonestar la portera visitante en una jugada donde Anita se enfrentó sola contra ella y al adelantarse el balón fue derribada fuera del área, en consecuencia de la jugada no sólo no señaló la falta ni la amonestación, sino que marcó córner a favor del equipo local…

     Tras estas decisiones que no dejaban más que generar dudas y nervios en el equipo local, fueron las jugadoras del Cox que aprovecharon su momento para marcar el empate que daba pie a un merecido descanso para ambos equipos.

     La segunda parte seguía con planteamientos muy parecidos en ambos equipos, con el Cox nutriendo de más gente la zona interior y el Santa Pola ampliando más en juego por bandas, pero otra decisión de la árbitra no señalando una mano de la portera del Cox que desvió la trayectoria del balón cuando Thays se plantaba frente a ella fuera del área en un lanzamiento en profundidad, sin que se señalase ni siquiera falta con su debida amonestación (seria la expulsión de la portera visitante), en cambio, ya en el minuto 46 del encuentro, si que señaló una mano local a 1 metro del área que además señaló como penalti, la jugadora visitante lograba marcar poniendo el definitivo 1-2 en el marcador.

     Al final, la impotencia de sumar una nueva derrota muy condicionada por el arbitraje hizo que las rojiblancas se fueran al vestuario decepcionadas tras ver que deportivamente habían realizado un grandísimo encuentro.