El pasado sábado el Juvenil del Santa Pola C.F. recibía la visita del líder, el Celtic Elche, al que se enfrentó en el Campo de Fútbol Pereira.
Siguiendo la tónica de los últimos partidos, se pudo ver a un Santa Pola muy enchufado, concentrado y mostrándose como un conjunto sólido. Esto hizo que mantuviese controlado en todo momento a su rival que no veía la manera de perforar la meta local. Y con esta igualdad, tanto en el marcador como en el juego, se llegó al final del primer acto.
La segunda mitad no podía comenzar mejor y a los cuatro minutos de la reanudación Adrián culminó una gran jugada de contraataque para hacer subir el 1-0 al marcador y dar la campanada momentánea. Como era de esperar, el Celtic dio un paso adelante en busca de la igualada, pero con más corazón que acierto. Los ilicitanos llegaban, pero no ponían en demasiados apuros a un acertadísimo Marcos. Los minutos caían y el Santa Pola conseguía aguantar las estampidas del Celtic al mismo tiempo que disfrutaba de claras ocasiones de gol aprovechando las contras. Pero un nefasto arbitraje, con errores de apreciación y de aplicación del reglamento (el meta ilicitano debió ser expulsado por roja directa al cortar con la mano una jugada de gol fuera del área), decidió que el partido se debía alargar injustificadamente. Y con el tiempo más que sobrepasado se inventó una falta lateral que sería el prolegómeno del gol del empate. El remate de esta falta fue respondido con una parada inconmensurable de Marcos, que nada pudo hacer para detener el rechace posterior.
Y con el gol del empate, se esfumaban todas las aspiraciones de triunfo del Santa Pola, que no tenía tiempo ni de sacar del centro.
Resultado a todas luces injusto, y más cuando se produjo por el capricho de un colegiado en alargar demasiado un partido que no tuvo interrupciones.
Ahora toca reponerse para afrontar con la misma ilusión e intensidad el próximo duelo contra el colista del grupo ante el que sí es necesario conseguir los tres puntos para abandonar la zona de descenso.